Si alguien me preguntara, ¿cuál crees que es uno de los males más tóxicos para las empresas?
Definitivamente, respondería: la mediocridad de sus empleados.
La gente mediocre en el trabajo es un gran problema capaz de afectar una empresa al punto de llevarla al fracaso.
Es por ello que debe ser tratada con mucha importancia, analizar sus causas y tomar rápidamente, acciones correctivas que ayuden a erradicarla.
Tener gente mediocre en el trabajo implica tener un equipo de empleados que no se alinea con los objetivos organizacionales, no respetan la cultura empresarial, no tienen compromiso, cohesión ni colaboración entre ellos.
En definitiva, la mediocridad es un mal que se debe eliminar de raíz, apenas se identifique el primer síntoma.
¿Qué vamos a ver?
¿Qué significa ser mediocre?
Si bien para algunas personas, ser mediocre en el trabajo es señal de ciertos aspectos, para otras, sencillamente es indicativo de otros.
No obstante, existen otro grupo de características más generales que reflejan perfectamente lo que es ser mediocre en el trabajo. Por consiguiente, ser una gente mediocre en el trabajo significa:
- Ser una persona resignada a su propia concepción de los procesos empresariales, no ve más allá.
- Tener la jactancia de que el conocimiento que se tiene, es suficiente y no hay nada nuevo que aprender.
- No estar dispuesto a que la realidad del mundo supere lo que ya se sabe, es decir, no salir de la zona de confort ni arriesgarse a asumir nuevos retos profesionales.
- Quejarse por todo y de todas las personas del entorno laboral. Nunca, nada ni nadie es suficiente, ningún sueldo, compañero o tarea es positivo, todo es malo.
- Criticar excesivamente a los demás colaboradores.
- Tener falta de imaginación, creatividad y pensamiento crítico.
- Preferir un lugar común en lugar de lo inesperado.
- Hacer mal el trabajo y no hacer nada para cambiar.
- Ahogarse en un mar de lamentos y arrepentimientos ante un error o una crisis.
- Ser un colaborador que no le importa mejorar ni adaptarse al cambio.
- No tener la actitud ni aptitud adecuada para el puesto de trabajo desempeñado.
- Trabajar sin visión ni planificación.
- Contribuir a la desunión del equipo de trabajo con chismes e intrigas.
- No estar alineados con los objetivos de la empresa.
- No involucrarse en los proyectos de la compañía.
- Ser excesivamente individual.
- No asumir ninguna responsabilidad más allá de las asignadas.
- Creerse perfecto, no asumir ningún error.
- Resistirse a rendir cuentas cuando es necesario.
- Evitar el conflicto, el debate sano y la confrontación de ideas.
- Ser deshonesto con el resto de los compañeros.
En pocas palabras, la mediocridad es mantenerse al margen de los resultados que se esperan en la empresa.
Es simplemente, no ir más allá ni aportar algún aspecto de valor para contribuir al logro de metas.
Por supuesto, también se da el caso en el que los propios líderes forman parte de la gente mediocre en el trabajo.
En estos escenarios, las consecuencias son aún peores, ya que no existirá esa figura de liderazgo sano que lleve al equipo y a la empresa al éxito, sino que se creará un ambiente tóxico en la organización, en donde se dificultan las labores diarias y el cumplimiento de tareas.
En consecuencia, la empresa adquirirá una imagen negativa por sus servicios y procesos deficientes y finalmente, terminará en el fracaso inminente.
¿Cómo lidiar con gente mediocre en el trabajo?
Ciertamente, como todo mal en la empresa, lidiar con gente mediocre en el trabajo a veces suele ser una tarea cuesta arriba.
Por ello, recomiendo una serie de acciones que ayudarán en este proceso y, además, dejarán el camino más claro para erradicar la mediocridad de raíz en cualquier departamento de la organización:
1. Hacer un análisis profundo sobre la situación
Es decir, saber identificar en donde se está reflejando la mediocridad.
¿En los equipos de trabajo?, ¿en uno o varios colaboradores?, ¿en los líderes de equipo?, ¿en el resultado de las tareas?
Esto permitirá tener un panorama más claro sobre las causas de la mediocridad y, además, brindará herramientas que permitan dar solución a la situación.
2. Enfrentar la situación de inmediato
Si hay algo clave a la hora de lidiar con gente mediocre en el trabajo es la confrontación.
Luego de haber identificado la raíz del problema en el punto anterior, lo próximo que se debe hacer es abordar para solucionar.
Por ejemplo, se puede comenzar por mostrar las formas en que la mediocridad afecta negativamente a los equipos de trabajo, a las empresas y a los clientes.
La idea es que los colaboradores con desempeño mediocre, entiendan los efectos negativos de no hacer su trabajo eficientemente.
Algo que podría funcionar, es hacer que escuchen las llamadas, o lean los comentarios de los clientes que se quejan por el trabajo mediocre que se ha estado realizando.
También, mostrarles a través de charlas grupales, las consecuencias negativas de ser mediocre en el trabajo.
3. Implementar acciones que fomenten la motivación
A veces, la gente mediocre en el trabajo, son personas que se sienten desmotivadas y, en consecuencia, ceden a la mediocridad.
En ese sentido, se recomienda hacer planes de motivación para optimizar este valor en todo el equipo de trabajo.
Se pueden hacer paseos fuera de la oficina, revisar el paquete salarial actual, proponer metas y retos de ventas, fomentar actividades en donde se refleje la importancia de hacer el trabajo correctamente, etc.
4. Detectar los casos graves de mediocridad para evitar que afecte al resto
Si luego de haber enfrentado la situación de inmediato e implementado planes de motivación, todavía existen uno o dos casos de mediocridad en el trabajo, lo mejor que se puede hacer es tomar cartas serias en el asunto.
Es decir, colocar una especie de ultimátum sobre la situación.
Por ejemplo, puede que un colaborador siga siendo mediocre en su desempeño, aun cuando se han accionado estrategias para cambiar ese panorama.
En ese caso, se debe comunicar a esa persona, que, si no mejora su actitud, aptitud y desempeño en general, lamentablemente será sancionado o simplemente, será eliminado de la plantilla de colaboradores.
Quizás puede ser una medida drástica, sin embargo, la mediocridad es un problema que debe atacarse fuertemente porque de lo contrario, podría llevar a la empresa y al resto de empleados a la debacle total.
Indudablemente, la gente mediocre en el trabajo es más común de lo que se cree. Por ese motivo, como líderes, lo mejor es detectar cuanto antes este tipo de situaciones y poner en práctica los aspectos antes mencionados, para evitar que la mediocridad lleve a la empresa a un círculo negativo de fracaso inminente.