Cultura del fracaso y cómo transformarla

VICTOR HUGO MANZANILLA

Emprendedor en serie. Cofundador de EGM™. Jefe de la Junta Directiva y ex-CEO de MicroSalt Inc. Ex Procter & Gamble. Certificado en el programa CORE de Negocios en la Universidad de Harvard. Autor del bestseller "Despierta tu Héroe Interior.

A pesar de que en el mundo empresarial nos dicen que el fracaso forma parte del camino al éxito, existe una cultura del fracaso muy arraigada que nos obliga a pensar todo lo contrario.

De hecho, todavía se le da una connotación 100% negativa, como si fracasar fuera el fin del mundo. Pero en realidad, la situación es otra. El fracaso en sí no es del todo negativo y brinda un sinfín de oportunidades positivas a las que se les puede sacar provecho.

En este artículo, te hablaré de la importancia de transformar la cultura del fracaso en algo totalmente provechoso y en una fuente inagotable de aprendizaje y sabiduría.

¿Qué es el fracaso?

Empecemos por definir este complejo concepto. El fracaso depende de la definición que le da cada persona. Sin embargo, si hay un denominador común, es que en general, el fracaso se trata de probar una hipótesis o un camino y darse cuenta que esa forma de hacer las cosas (esa hipótesis, teoría o camino) no eran los correctos.

A simple vista, parece un concepto fácil y no representa motivo alguno por el debas tenerle miedo.

No obstante, el mundo en el que vivimos, la presión social y los estándares actuales, hacen que cada vez se le tenga más miedo al fracaso y consecuentemente, hay más individuos a los que no les gusta fracasar o fallar.

De hecho, es muy poco probable encontrar a alguien que admita públicamente su error o su fracaso. Esto, debido principalmente al tabú social, y por supuesto a la cultura del fracaso. 

¿Qué es la cultura del fracaso?

La cultura del fracaso, es un concepto que nace a raíz de no aceptar el fracaso como algo positivo. Es, simplemente, ver el error como una parte negativa de todo el proceso del camino al éxito.

Como resultado, vemos a muchas personas obsesionadas con el “no fracasar”, y enfocándose en no cometer los mismos errores sin ver el aprendizaje que hay en cada uno de ellos.

Paradójicamente, terminan por cometer las mismas fallas y no avanzan en sus metas personales y profesionales.

El lado más negativo de la cultura del fracaso es que se ha vuelto la protagonista de muchas empresas de hoy en día y se ha sembrado en la mente de muchos emprendedores actuales.

Esto obliga al resto de las empresas, a tomarse en serio este tema y a implementar estrategias que ayuden a transformar la cultura del fracaso, para evitar que afecte sus niveles de productividad y rentabilidad.

Por supuesto, hay muchas organizaciones que entienden el aprendizaje que se puede obtener de los errores. Y también, comprenden que el camino al éxito está repleto de muchas oportunidades de mejora en sus procesos.

Sin embargo, aun en esos casos más optimistas, fallan al hablar del fracaso como tal, y finalmente, lo convierten en un tabú difícil de romper y del que casi a nadie le gusta hablar.

Cultura del fracaso en los negocios

La cultura del fracaso en los negocios es un mal que cuando afecta a un colaborador, termina por afectar al resto. Esto sucede porque uno de los mayores miedos de los líderes, colaboradores y emprendedores es, justamente, fallar.

En consecuencia, todo este miedo los conlleva a hacer lo que sea para evitar fracasar, produciendo en ellos ansiedad, más temor y por supuesto, el fracaso inminente.

Entonces, ¿de qué otras formas afecta la cultura del fracaso en los negocios?

  • Reduce las posibilidades de aprender, aumentando las dudas e incertidumbres.
  • Desmotiva a los líderes a luchar por sus ideas.
  • Disminuye la competencia positiva en los departamentos de la empresa.
  • Afecta negativamente el sentimiento de pertenencia de los colaboradores para con la organización.
  • Entorpece la identificación de defectos y oportunidades de mejora.
  • Impide la fluidez comunicacional de la organización.
  • Hace más lento el logro de metas.
  • Dificulta la capacidad de adaptación a cambios y a la innovación.
  • Produce desconfianza en los colaboradores.
  • Disminuye el control emocional ante situaciones adversas.
  • Promueve los conflictos, y un ambiente laboral negativo, lleno de chismes y comentarios sin fundamento.
  • Disminuye la productividad, la rentabilidad y la motivación de todos en la organización.
  • Entorpece la creación de nuevas ideas y su posterior ejecución.

La cultura del fracaso es un mal que se debe evitar a toda costa en las organizaciones. Como líderes de empresa, el principal reto y compromiso es evitar que se propague y, en su lugar, transformarla como algo positivo y una oportunidad de aprendizaje.

Cómo cambiar la cultura del fracaso

A pesar de este panorama hay empresas que sí han transformado la cultura del fracaso como algo provechoso e, incluso, han ido mucho más allá siendo en algunos casos, el secreto de sus éxitos.

¿Cómo lo han hecho? Aplicando estas 3 estrategias claves, que contribuyen a cambiar la cultura del fracaso en oportunidades positivas:

Crear entornos seguros de intercambio de opiniones

Uno de los aspectos que fomenta la cultura del fracaso negativa es el chisme y los comentarios sin fundamento, estos solo producen más miedo al fracaso y crean un ambiente laboral negativo.

De manera que, cuando se crean entornos seguros dentro de la empresa, se evitan este tipo de situaciones y se invita a los colaboradores a una reflexión profunda de sus inquietudes y miedos.

Por ejemplo, en estos espacios se pueden crear charlas sobre el lado positivo del fracaso, en donde se brinden herramientas para enfrentarlo sin temor. También, que los colaboradores expresen sus temores más profundos y con esto, se sientan seguros en un entorno de comunicación abierto y reflexivo.

Generar distintas respuestas para diversos escenarios

El miedo al fracaso y a la cultura del fracaso se enfrenta aportando soluciones e ideas. En ese sentido, es necesario que los líderes de las empresas establezcan estrategias y planes de solución ante posibles escenarios de fracaso.

Y por supuesto, que los comuniquen eficazmente al resto del equipo. Así, se evita la incertidumbre y se fortalece la imagen de la empresa frente al colaborador.

Resaltar los casos de éxito, pero también de fracaso, dentro la empresa

Esta estrategia se conecta con la primera. En esos mismos espacios de reflexión y comunicación abierta, se deben resaltar casos de éxito dentro de la empresa, pero también, en donde el fracaso sirvió como punto clave del éxito.

Si hay algo que ayuda a transformar la cultura del fracaso en las empresas, es justamente, a través del ejemplo.

No cabe la menor duda que la cultura del fracaso puede transformarse en algo positivo y sacar el mejor provecho de ella.

Por ese motivo, es importante que se tomen en cuenta los aspectos antes mencionados y ponerlos en práctica, para evitar que la cultura del fracaso afecte negativamente los objetivos del negocio.

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