Era la década de los 90 y la cadena de sándwiches de pollo “Chick-fil-A” acababa de recibir la información de que su principal competidor, Boston Chickens, había desarrollado unos planes de expansión bastante ambiciosos.
La meta de Boston Chickens (que luego se transformó en Boston Market) era llegar a vender 1 billón de dólares para el año 2000.
Debido a que Boston Chickens era el competidor más serio de Chick-fil-A, la junta directiva llamó a una reunión para desarrollar un plan con el objetivo crecer más rápidamente que Boston Chickens y vencerlos en el mercado.
Dicha reunión se efectuó en la casa matriz de Chick-fil-A y por un buen tiempo los líderes de la organización debatían sobre las diferentes maneras de crecer rápidamente.
Toda la conversación, por horas, se enfocaba en cómo ser más grandes, más rápido.
Más grandes, más rápido.
A un lado del salón se encontraba Truett Cathy, fundador y CEO de la compañía, silencioso y observando lo que estaba ocurriendo.
Al pasar un tiempo, Truett Cathy perdió la paciencia y golpeó la mesa fuertemente causando que todo el equipo hiciera silencio de forma inmediata y se enfocaran en él.
En ese momento Truett dice: “Señores, estoy cansado de escuchar que todo lo que buscan es cómo hacer para crecer rápidamente… Lo que necesitan enfocarse es cómo hacemos para ser los mejores, para ser excelentes… y luego nuestros clientes demandarán que crezcamos rápidamente.”
Este comentario cambió completamente la discusión y la estrategia de la compañía. Decidieron enfocarse en la excelencia confiando que la misma les daría el crecimiento como consecuencia.
Interesantemente en el año 2000, Chik-fil-A logró ventas por más de un billón de dólares mientras que en el mismo año Boston Chickens se declaró en bancarrota.
Si te enfocas en la excelencia, tus clientes y tu equipo te catapultarán al crecimiento.
Hace un tiempo escribí un artículo titulado “¿Sabes Cuál es el Mayor Destructor de tus Sueños?” donde explicaba que la impaciencia, el deseo de tener resultados ya, de crecer violentamente, era la mayor causa de la destrucción de los sueños.
La impaciencia ha matado más sueños que el fracaso.
Ten mucho cuidado que tu ambición por crecer rápidamente en tu trabajo o negocio te lleve a tomar más riesgos de lo debido que terminen destruyendo tu visión de vida.
Por el contrario, enfócate en ser cada vez mejor, en el compromiso y la búsqueda de la excelencia en todo lo que hagas… y verás como el mundo demandará tus productos y servicios y te recompensará más de lo que imaginas.
Citando un texto que coloqué en mi artículo “Un Mensaje a García” respecto a los hombres y mujeres comprometidos con la excelencia:
“Esta persona nunca consigue ser despedida, ni tiene que ir a una huelga para pedir que le aumenten su salario. La civilización está en una larga y concienzuda búsqueda de tales individuos. Cualquier cosa que esta persona pida le será concedida, su clase es tan rara que ningún patrón se puede dar el lujo de dejarlo ir. Lo necesitan en cada ciudad, pueblo o aldea – en cada oficina, tienda, almacén y fábrica. El mundo grita fuertemente para conseguirlo, él es necesario, extremadamente necesario…”
Renueva o reconfirma hoy tu compromiso con la excelencia y confía que el crecimiento vendrá en su momento… y será mayor de lo imaginado.
(Foto cortesía de KhronosIT)
Yo quiero ser esa persona. Gracias Hugo
Hola Ana! Yo también estoy en esa lucha diaria… buscar la excelencia por encima de la ambición del crecimiento… Gracias!
Somos muy impacientes muchos. Reconozco que soy una persona impaciente. Tengo que mejorar en ese aspecto y me lo estoy proponiendo e intentando. Gracias Hugo por compartir tus conocimientos con experiencia! Vamos en busca de la excelencia!
Hola Rony… si te sirve de algo yo también soy muy impaciente… Estamos en la misma lucha así que ¡Adelante! Muchas gracias por tu comentario!
era justo lo qu enecesitaba realme yo ya lo vivi en carne propia me enfoque en como crecer rapidamente el mio nogocio y olvide la ecsencia y quebre
Hola María de los Angeles! Lamento que hayas pasado por una quiebra. Yo también pasé por una situación parecida por ser impaciente. Poco a poco se llega al objetivo. Lo importante es aprender de los errores y salir adelante. Un saludo!
Hola Víctor!
Tu artículo de hoy (por cierto, una maravilla como siempre) me ha recordado mucho a un post que escribí hace poco sobre “la impaciencia del blogger” que se podría generalizar a cualquier persona.
El ser humano por naturaleza quiere todo ¡ya!. ¡Cómo si lo realmente importante, se consiguiera sin esfuerzo y sin trabajo duro, día a día!
Tengo que confesarte que he estado unos cuantos días, muy agobiada y triste por no conseguir los resultados esperados… hasta que me di cuenta que no tenía que desesperar, que todo llegará más tarde o más temprano … pero que lo realmente importante es mejorar cada día, buscar aquéllo en lo que puedo ser buena y así, poder destacar, acercándome (como bien dices) a la excelencia en aquéllo que haga y no olvidándome de disfrutar de todo el camino.
Un fuerte abrazo!! 😀
Hola Ana! Excelente comentario! Si supieras que exactamente por los mismos ciclos paso yo. Cuando uno se pone metas grandes muchas veces no las alcanza en el momento deseado y eso puede llevarnos a estar desmotivados. Es interesante que la situación que pasaste es universal y nos pasa a todos.
Por eso, tal como lo dices, hay que aprender y seguir adelante.
Un abrazo!!!
hola víctor muy buen día , siempre he pensado que dar lo mejor de ti en las diferentes áreas de tu vida con esfuerzo constancia entrega y pasión te llevan a lograr grandes metas y objetivos . y que la desesperación y la impaciencia son el peor enemigo de uno mismo. gracias.
Hola Dianne, excelente comentario. Es algo que todos necesitamos internalizar. Muchas Gracias!
Hola Victor, te saluda Sergio del Río de Perú. Desde que escuche tu entrevista a Spencer Hoffmann no dejo de escuchar tus podcast y leer tus artículos, me parecen muy enriquecedores y te agradezco por compartir tu sabiduría. Personas como tu hacen evolucionar a la humanidad. Saludos
Hola Sergio!!! Muchas gracias por tus palabras. Muy apreciadas!! Espero seguir siendote útil. Un abrazo!
Lucha por la excelencia no por la imperfección
Lucha por la excelencia de de tu persona
No por la imperfección del que dirán
Lucha por la excelencia de tu familia
No por la imperfección de los demás
Lucha por la excelencia de los amigos y no por la imperfección del
mundo
Lucha por la excelencia de tu trabajo no por la imperfección de tu jefe
Lucha por la excelencia de tu pueblo no por la imperfección de los presidentes
Lucha por la excelencia de tener un pueblo en paz no por la
imperfección de la violencia
Lucha por la excelencia de la
educación y no por la imperfección de los paros
Mabel Lucia Tula
06/10/2012
Excelente artículo como siempre hermano! Sin duda la impaciencia puede ser bastante traicionera… El tiempo de Dios es perfecto! Saludos.
Hola Manuel! Tienes toda la razón… el tiempo de Dios es perfecto.
Hola Víctor, te comento que estoy en una empresa que hasta hace poco se dio a la tarea de enfocarse en las necesidades del cliente y tratar de dar el mejor servicio y no verlo como un blanco de sacarle alguna venta pronto. Nunca perder la brújula de que el cliente es el mas importante. Saludos!