Un automóvil, una casa, un apartamento, un fondo de ahorro, un viaje por el mundo, un negocio propio, etc. Todos estos objetivos son ejemplos reales de lo que son las metas financieras.
Las metas financieras son todas las acciones que impliquen una estabilidad y realización económica, mediante la planificación, organización y disciplina. Evidentemente, han formado parte de la historia de la humanidad a lo largo de todas sus etapas.
De hecho, no creo que exista alguna persona en el mundo que no tenga metas financieras. Incluso, aquellos grandes triunfadores en la vida, han sido personas que se han establecido metas financieras y paralelamente, una planificación estratégica para lograrlas.
Las metas financieras son prácticamente la clave del éxito de cada ser humano. Entonces, ¿qué hacer para lograrlas?, ¿cómo cambian a través de la vida?, ¿cuáles son algunos ejemplos de metas financieras? A continuación, te explicaré más sobre ello.
¿Qué vamos a ver?
¿Qué son las metas financieras?
En pocas palabras, las metas financieras son objetivos que deseas lograr a partir de una administración eficiente de tus recursos, habilidades, tiempo y dinero. También, implican una correcta planificación estratégica y de una disciplina constante, para alcanzar cada una de ellas.
No importa el tamaño de las metas financieras. Desde iniciar un negocio, viajar un mes de vacaciones por Italia o tener tu propia casa, en todos los casos, se requiere de una correcta administración de recursos, de planificación, disciplina y compromiso, para poder lograrlas.
Por ese motivo, antes de fijar una o varias metas financieras, te recomiendo los siguientes pasos.
Pasos para establecer metas financieras
- Define con mucha exactitud aquello que deseas y establece un plazo en el cual quieres lograrlo.
- Específica las formas, vías, estrategias, en que lograrás lo que ya estableciste en el punto anterior.
- Identifica el capital financiero que debes tener para poder lograr esa meta.
- Si no posees el capital necesario, diseña un plan alterno con un lapso de tiempo, para poder alcanzar la cantidad que requieres para lograr la meta financiera. Si ya tienes el capital, sigue con el siguiente paso.
- Procura que la meta sea tangible. Es decir, que aquello que deseas lograr, pueda medirse para que conozcas en todo momento cuánto has logrado.
- Intenta que la meta sea alcanzable, que sea realista.
- Procura que la meta sea superable. En otras palabras, que no entorpezca el curso normal de tu vida, ni de tu trabajo, ni obligaciones.
- Intenta que la meta sea fácil de acordar. Es decir, que tampoco afecte negativamente las relaciones con tu pareja, familia, ni objetivos de vida. Si por alguna razón, se verán afectados, entonces debes discutir esta meta con ellos y acordar o negociar algunos aspectos.
- Procura que las metas financieras no sean muchas. Por supuesto, pueden ser más de una, pero, como máximo, que solo sean tres. Recuerda, es prácticamente imposible que se trabajen muchos objetivos al mismo tiempo.
Una vez hayas establecido las metas financieras, enfócate en el tiempo. Es decir, define si piensas lograrlas en corto plazo, mediano o largo plazo. Si es a corto, seis meses como máximo, si es a mediano, un año y medio como máximo y si es a largo plazo, dos o tres años como máximo.
Otra recomendación muy útil es comenzar por metas pequeñas y paulatinamente, aumentar el nivel. Esto te brindará más motivación para lograr metas más grandes y difíciles.
Por otro lado, y dependiendo de las metas financieras, elabora el presupuesto necesario para alcanzarlas. Por ejemplo, de ser necesario, puedes solicitar la ayuda de un crédito o de un inversionista.
En último lugar, revisa constantemente los gastos, identifica cuáles son los que te alejan de tus metas, y enfócate solo en aquellos que sean realmente productivos.
4 Ejemplos de metas financieras
1- Ahorrar
Ahorrar es la acción de guardar o acumular un porcentaje de los ingresos para utilizarlos en el futuro en un fin específico.
Por lo general, es una de las metas financieras más comunes, ya que implica tener una cierta cantidad de dinero en el futuro, ya sea para invertir o adquirir bienes de precios elevados.
2- Pagar deudas
Las deudas son cantidades de dinero que una persona adquiere, con la obligación de pagar dentro de un plazo específico.
A veces, para poder lograr metas financieras hay que adquirir ciertas deudas, y por ese motivo, pagar deudas, también forma parte de una meta financiera en sí misma.
3- Invertir
Invertir es la acción de hacer crecer a tu propio patrimonio. En otras palabras, que el valor de tus activos aumente constantemente a lo largo del tiempo.
La diferencia entre invertir y ahorrar, es que, al invertir, el dinero no pierde su valor de compra por la inflación. En cambio, cuando se ahorra, se corre el riesgo de que no existan rendimientos más altos o que incluso, el dinero pierda su capacidad de compra.
Evidentemente, invertir incluye muchos más riesgos que ahorrar, pero contribuye a que el crecimiento del capital, sea de forma más acelerada.
4- Adquirir un seguro
Tener un seguro que permita proteger el patrimonio, las finanzas personales y la vida de una persona, es una de las metas financieras más relevantes. De hecho, es un aspecto que debería estar en la lista de metas de cualquier ser humano, ocupando los primeros lugares.
Estos fueron algunos ejemplos más importantes y comunes de las metas financieras. No obstante, los ejemplos son más numerosos y abarcan aspectos tanto materiales como emocionales y profesionales.
¿Cómo cambian las metas financieras a través de la vida?
Tal y como sucede con otros tipos de objetivos, las metas financieras van cambiando con el tiempo y en el transcurrir de los años.
Por ello, hay que procurar que las metas financieras no pasen de los dos o tres años como máximo. El motivo es que el transcurrir de la vida, te va obligando a adaptar cada una de ellas de acuerdo al contexto y circunstancia vivida.
Por ejemplo, si una persona está en sus 20 o 30 años, probablemente tenga metas financieras enfocadas a su profesión y desarrollo laboral. Y, por otro lado, si una persona está en sus 40 años, quizás, sus metas financieras estén más enfocadas a reforzar ese desarrollo laboral, para adquirir bienes materiales que perduren en el tiempo.
Finalmente, alguien en sus 60, 70 años, muy posiblemente, esté enfocado en que sus metas financieras sean para asegurar su vejez o pasar sus años de retiro, en la plenitud de la alegría y paz mental.
Claro está, no existe una edad específica para establecer algún tipo de metas financieras, es decir, a cualquier edad, todo es posible. Sin embargo, lo que deseo ilustrar, es que a lo largo del tiempo y de acuerdo a las circunstancias, las metas financieras van cambiando a través de la vida.
En conclusión, la clave principal para entender las metas financieras, es evitar en lo posible, hacer gastos innecesarios, y, por último, comprender que son ajustables en el tiempo y de acuerdo a cada circunstancia.
Entendiendo esto, se pueden establecer metas financieras reales, que permitan alcanzar el éxito deseado, en cualquier ámbito de la vida.